Los sentimientos pueden crecer en días, semanas, meses y hasta años; pero sé, también, que se pueden esfumar en menos de un segundo, pues el desamor, la desilusión, el desengaño y la decepción hacen que uno de a pocos se de cuenta de una realidad que tal vez no queremos ver. Nos encontramos en un mundo ajeno a la vida que queremos para nosotros, un mundo que no queremos, pero que a la vez ha sido creado por nosotros mismos. Nos refugiamos en personas que tal vez no le dan sentido alguno a nuestras vidas, nos acobardamos y pensamos que lo mejor es seguir perteneciendo a esa forma de vivir tan falsa en la que aquellos estan presentes, tal vez para ocultarnos de esa oscuridad que nos observa a escondidas pretendiendo pasar desapercibida, pero está ahí, se encuentra presente todo el tiempo, escondiéndose, disfrasándose de lo que queremos ver, una vida perfecta, que en realidad termina siendo una pesadilla.
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