Algunos amores duelen,
duelen porque son tan fuertes que no te dejan respirar,
que no se apartan de ti.
Los tienes impregnados en tu piel,
como un olor especifico, tu olor, ese que se quedó conmigo desde la primera vez que hicimos el amor.
Llevo muchos recuerdos tatuados en mi piel,
como tu perfume cuando te besaba y acariciaba tu rostro,
como aquellos besos que me robabas y esos otros que me entristecían.
Puedo cerrar los ojos y sentir la suavidad de tu cabello, alborotado por mis dedos, por mis deseos que enloquecían todo en ti. Tus sentidos, tu amor, tus ganas de tenerme contigo y tu gran culpa por desearme sin frenarte.
Conservo los ojos cerrados,siento como la brisa del mar hace danzar mi alma, acaricia mi cabello, recupera mi fe y mis ganas de ser feliz.
Ya terminé, dejaré de soñar porque a veces hace daño soñar de más. La verdad es que no suelo hacerlo, prefiero no soñar porque no me gusta caer tan rápido.
Prefiero sentir lo que vivo mientras pasa, disfrutar de lo bueno, amar mi vida tal cual es ahora, sentirme, sentir que extraño cosas que tal vez no volverán, querer más de lo que la vida me ofrece por ahora.
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