Me encuentro en mi cuarto,
de día, pero en mi propia oscuridad.
Puedo observar un porta fotos, cuando lo veo recuerdo lo bien que me hace amar, veo un cuadro en mi pared con muchas mariposas que me traen el olor intenso del otoño, una almohada que me da esa paz que se necesita a veces para poder seguir, y lejos de mi vista, un cuadro más que cuando me esfuerzo y lo observó me habla de la fe, que muchas veces se hace invisible en mi vida, sobre todo en esta habitación.
Desde aquí en la noche puedo escuchar lo que quiero y silenciar las voces que no me dan nada bueno. Desde aquí la noche se hace larga cuando pienso más en lo que está detrás de aquella puerta que me separa del mundo al que muchas veces suelo serle indiferente.
Aquí, en este cuarto oscuro, me encuentro vacía, con 4 cosas que me gustan de él, y con 1 cosa que más me disgusta, yo,yo en él, pues en él, a oscuras, no combino con esta habitación, pues no lo lleno, aún siguen los vacíos, no le puedo dar nada más que recuerdos, penas, intensos pensamientos que me mantienen viva, pues el dolor, hace que yo sepa que estoy viva, porque siento, porque duele cuando lastiman, cuando lastimas.
El dolor, me hace sentir, sentir que vivo, que respiro y que muchas veces quiero dejar de hacerlo, pero ahí, ese mundo detrás de esa puerta me espera mucho, me esperan personas, esas personas a las que si me gusta escuchar y aquellas a las que no están ahí esperándome. Y aún les importo, así no quiero verlas y me oculte, les importo.
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