Este pesar me atormenta cada noche. Me visita en sueños enredando mis ideas en un cielo utópico que no concluye su misión de bendecirme con tranquilidad. Y por otro lado, me levanto con ganas de seguir compartiendo parte de mi núcleo anatómico; aún sabiendo que no puede pernecerte; sigo dispuesta a arriesgarme. Y hoy más tarde, ¿ Seguiré dispuesta también?. Voltéo hacia mi lado izquierdo, justo cerca a mi corazón; encuentro una figura misteriosa y oscura que me llena de temor, me acobarda y me hace sentir tan voluble frente a esta situación. Quisiera poder tener aquella voluntad que te caracteriza, aquella que me fastidia muchas veces, pues tu puedes dejarme, yo dudo querer hacerlo; no se si pueda, no se si quiero. Tu indiferencia me hostiga, me agobia... Eres tan importante para mi. ¿ Cuando fue que cambiaste?, ¿ En verdad has cambiado? , o sólo te duele está encrucijada en la que nos metimos? . Me acobardo, mejor no siento, mejor no escucho. Porque tal vez si lo sigo haciendo, terminarás destruyendo parte de mi corazón, parte de la que te endueñaste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario