Vi muchas fotografías,
ninguna podía acercarme a tu respiración, mucho menos a tu voz.
Sólo me hizo retroceder de alguna forma y pensar en aquellos momentos que vivimos a tu lado,
tan bellos, tan puros, tanto amor que dabas y tan feliz que nos hacías.
Siempre pudiste borrar algunas penas con tus bromas y tu alma de niño que desbordabas trás esa cara seria y aparentemente parca.
Te deslizabas sin temor hacia nosotros, no esperabas menos de lo que debías recibir, sonrisas, agradecimientos.
Que pena que muchas personas extrañen y empiezen a valorar a una persona cuando ya no esta a su lado.
Yo valoro lo que fuiste para mi, respeto tu muerte, la rechazo muchas veces, me entrego a mis recuerdos a tu lado, y amo aquellos sueños que suelen regalarme pocas veces, pero no me quejo, aún me encuentro contigo y puedo verte y sentir alegría, aunque luego, al despertar, sepa que en verdad no estás conmigo fisicamente, sólo me consuela la alegría que sentí cuando te vi, te olí, te toqué, en un suenio, pero en ese momento para mi fue real.
TE amo abuelito!...
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