Hay un paso entre el amor y el desamor. Cuando te decides a vivir el desamor existe una lucha constante entre cupido y tu. La lucha es interna y externa, pues te llenas de vanas ideas que complican el trabajo forzoso que requiere hacer que te enamores de alguien. Tratas de vivir de una aparente fortaleza que te quita el aliento conforme vas forzándote a no amar.
A veces nos equivocamos juzgando a las personas, viendo como se van alejando de nosotros, pues vamos empujándolas a el avismo del desamor. Cuando decides acorralar a esa persona entre el avismo y tu puñal, prefiere elegir el avismo que una traición directa al corazón. Es difícil encontrar la pureza entre un engaño y un te amo. El amor, el deseo; no entienden razones, solo entienden al corazón y a sus pequeños y graves impulsos.
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